Un grupo de mujeres obstruyeron el paso a los vehículos en un segmento de la Calzada Vieja, en el municipio habanero de Regla, para reclamar a las autoridades encargadas que solucionen el problema con el suministro de agua que desde hace unos cuatro meses no entra a la zona.
El diario digital 14ymedio informó que las manifestantes, residentes del Reparto Unión, cerraron el paso con cubos, cubetas, sillas y sus propios cuerpos luego de que sus trámites con el gobierno local resultaran infructuosos: “Siempre es una baba y una muela".
"¡Se acabó, llevamos casi cuatro meses sin agua!", afirmó una de las mujeres en un video difundido en redes sociales en el que se aprecian autos policiales, de criminalística y otros, probablemente, de dirigentes locales.
“!Ah eso es recurrente! Nosotros, el agua que estamos tomando es contaminada, con aguas albañales. Hace ya un buen tiempo, vino un técnico del policlínico, recogió muestras y luego dijo que el agua no era buena para beber”, explicó a Martí Noticias Sujay Acosta Toscano, del Reparto Callejas, en el municipio capitalino Arroyo Naranjo.
“Desde entonces, no han venido a arreglar el problema. Seguimos tomando agua no potable. El técnico dijo que, aunque hirvieran el agua, estaba descompuesta”.
La crisis del agua afecta a la mayoría de la población de la Isla. La falta de acceso regular al vital líquido, la contaminación de las fuentes, la salinización y la pérdida de agua bombeada debido a fugas en las redes de distribución son algunas de las dificultades que enfrentan los cubanos.
La semana pasada, el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Antonio Rodríguez, reconoció que alrededor de un millón de personas en Cuba enfrentan afectaciones diarias en el abasto de agua, debido a la crisis energética, la escasez de recursos materiales y una sequía persistente.
A estos factores se unen otros como la falta de iniciativa y eficiencia de los dirigentes del sistema hidráulico y el conformismo de la gente que, después que consigue que le pongan una pipa, todos se meten en sus casas”, consideró Acosta Toscano.
Así sucedió con las manifestantes de Regla: un breve tiempo después de que se iniciara, un camión cisterna fue enviado al lugar, lo que disolvió la demostración cuando los residentes buscaron recipientes para acumular toda el agua que pudieran.
“Una pipa vale de ocho, 10 mil o 15 mil pesos, Dependen lo que quieran cobrar. Eso está a nivel de gobierno. Ahí en Regla mandaron la pipa por el titingó que armaron pero, en la mayoría de los casos, los vecinos se multan para pagar al pipero”, indicó Acosta Toscano.
“Las mujeres somos más valientes que los hombres, Nosotros somos las que llevamos el peso de la casa, de los niños. Somos las que cocinamos, las que limpiamos a nuestros hijos y las que lavamos, limpiamos la casa. Por eso somos las que nos tiramos para la calle a demandar”, afirmó.
En este sentido, el activista Kessel Rodríguez cree que la razón de que casi siempre protesten las mujeres es que las fuerzas represivas se ensañan más con los hombres. "Los hombres son más susceptibles de ser encarcelados y procesados. El régimen se excede más con los hombres”, dijo.
También, debido a eso, muchas mujeres prefieren protestar ellas, para proteger a sus hombres de una cárcel segura, aseguró el activista.